Telemedicina: alcances y beneficios

Durante las últimas décadas, la idea de prestar atención médica de manera remota (es decir, telemedicina) ha estado en la mente de muchos. En general, siempre ha parecido una buena idea para facilitar estos servicios a personas que por una u otra razón no la obtienen, o no la pueden obtener sin una cantidad considerable de esfuerzo. En realidad, la idea no despegaba porque muchas personas se sienten más seguros al ser revisados por su médico en persona.

Sin embargo, el concepto saltó a la vida en 2020, con la crisis de salud global que fue la pandemia por COVID-19. De pronto, la gente estaba mucho más consciente y preocupada por su salud que antes, y al mismo tiempo, debían permanecer en sus hogares. Incluso había una sensación de inseguridad al asistir a hospitales y clínicas, por la posibilidad de contagiarse, ya que había una más alta posibilidad de que pacientes con COVID-19 estuvieran ahí. Así que, para consultas sencillas y condiciones comunes y de bajo riesgo, muchas personas recurrieron a la telemedicina. Hacer una videollamada con un médico, describir tus síntomas, y recibir instrucciones claras y sencillas de cómo mejorar nunca había sido tan valioso.

Ahora que lentamente nos dirigimos a una nueva normalidad en la que retomamos nuestras actividades normales, la conducta del público general hacia la medicina remota ha cambiado. Muchas nuevas tecnologías y metodologías fueron creadas en respuesta a la pandemia, pero siguen siendo útiles. Ahora, la posibilidad de que la telemedicina sea una práctica habitual es más real que nunca.

¿Por qué es tan útil la telemedicina?

Incluso fuera del contexto de una pandemia, existen muchas circunstancias por las que la medicina remota puede ser extremadamente útil. En México y en el mundo, hay muchos pacientes, y no suficientes médicos para ofrecer atención a todos. Además, la población médica tiende a concentrarse en grandes ciudades, particularmente los especialistas. Como resultado, existen muchos pacientes que tienen problemas para encontrar atención médica adecuada simplemente porque no hay doctores cerca ni tienen los medios para trasladarse hacia ellos.

Por otro lado, a menudo no pensamos en lo complejo que puede ser visitar a un doctor incluso cuando hay disponibilidad. La mayoría de las personas tiene una rutina atareada y no les es tan fácil dejar de trabajar o desatender a sus familias para visitar a un médico. Esto a menudo resulta que particularmente con malestares que parecen pequeñas, como una gripa, o una molestia estomacal, prefieren “esperar a que mejore”, y esto puede resultar en complicaciones más adelante. Con un servicio de telemedicina es más fácil hacer una consulta para pequeños malestares y tratarlos antes de que dejen de ser pequeños.

¿Qué se puede hacer con telemedicina?

Obviamente, hay muchas circunstancias en las que la medicina remota no puede sustituir la atención presencial. Hay ocasiones en las que será necesario que un médico te revise en persona, o ejecute un tratamiento o una prueba él mismo. Sin embargo, en muchas ocasiones, una consulta por video llamada es suficiente para que un médico diagnostiqué una afección sencilla, y describa los pasos a tomar para tratarla.

Incluso en casos en los que se requerirá otro tipo de intervención, una consulta remota inicial puede ser muy útil. Con esta primera consulta puede ser suficiente para que un doctor determine si necesitas algún tipo de estudio de laboratorio para poder hacer un diagnóstico. De esta manera, tú puedes entonces realizarte este estudio, mandar los resultados a tu médico, y él podrá indicarte cuál es el siguiente paso a tomar.

Incluso, hay cierto tipo de información clínica que ahora tú puedes obtener en casa para presentar a tu médico por videollamada. Durante la pandemia, se volvió muy común que las personas aprendieran a medir su temperatura, su ritmo cardiaco y su nivel de oxígeno a través de múltiples herramientas que son relativamente accesibles. Todo esto facilita el proceso de la medicina remota. Incluso estamos empezando a ver herramientas para uso doméstico que se puedan utilizar para medir información clínica aún más compleja, como máquinas de ultrasonido para uso en casa. Falta mucho para que este tipo de dispositivos sea realmente accesible para la población general (y para que esta esté prepara para utilizarlos de manera correcta), pero podemos ver cómo cada vez nos movemos más hacia formatos remotos de atención médica.

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